Nombre común: Buglosa.
Nombre científico: Echium Plantagineum
Características y descripción: Anual o bienal. Planta herbácea
de hasta 70 cm de altura, con tallos ramificados. Toda la planta se
halla densamente cubierta de un indumento de pelos rígidos que le
dan un tacto microáspero. Las hojas son lanceoladas, salvo las de la
roseta basal que son oblongas. Forman una inflorescencia erecta. Las
flores son de color azul-violeta intenso con los pétalos soldados en
casi toda su longitud, solamente tienen pelos sobre los nervios,
hecho que marca la diferencia de Echium Plantagineum con respecto a
Echium Sabulicola (más pequeña con pilosidad en la corola de la
flor)
Usos: El
jugo se usa en cosmética como eficaz emoliente para pieles delicadas
y enrojecidas.
Se usan cataplasmas de flores frescas para
curar forúnculos y uñeros;
usando las extremidades florales, que se recolectan en julio.
La
raíz da un colorante rojo para los tejidos.
Curiosidades: La
buglosa proviene de
las estepas del sureste de Europa. Sus semillas estaban adaptadas
originalmente para ser propagadas por hormigas, pero en Finlandia,
por ejemplo, la especie llegó con ayuda humana. Se
estableció principalmente al suroeste de Finlandia, en bordes de
caminos de pueblos, patios y ruinas, cuando era cultivada hace mucho
tiempo por sus propiedades medicinales. La buglosa se usaba como
sedante y analgésico, y en dosis mayores como laxante, y las hojas
jóvenes también se pueden cortar en ensaladas o preparar como la
espinaca. Actualmente la especie algunas veces se cultiva como planta
ornamental por sus hermosas flores. La boca de la corola de muchas
plantas de la familia de la borraja está casi cerrada por
protuberancias, escamas o pelos, lo que se manifiesta como una clara
diferencia de color en las flores de la buglosa. El propósito de
esta estructura es guiar la probóscide de los insectos polinizadores
dentro del néctar de manera tal que toque inevitablemente tanto el
estigma como el estambre. Su color pálido e inusual también
significa que se trata de señales claramente eficaces de la
presencia de néctar. El embudo en la corola de la buglosa es más
largo, por ejemplo, que el de sus parientes nomeolvides o lengua de
perro, de modo que los depósitos de néctar de la flor solo son
accesibles a insectos de lengua larga.
Alumna/o: Melania González Domínguez.
Fecha de la fotografía: 15/02/2022
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